lunes, 30 de diciembre de 2013

Revuelo en la torre de los deseos 1er texto

Había una vez, o dos o tres... en un lugar mágicamente precioso, vivía una família de alados, en lo alto de un gran roble, la casita estaba montada justo en su copa y constaba de dos habitaciones, comedor-cocina, cuarto de baño y una terracita llena de florecillas silvestres.
La mamá alada se dedicaba todo el día a la observación del jardín que custodiaban, para informar de cualquier problema a los espíritus del bosque, el papá se dedicaba a la recolección de alimentos y el control de plagas del jardín. Y los pequeños Any, Robin y Lucía iban a la escuela que estaba en la casita del lago.
Ahí aprendían a reconocer cada insecto y animalito de jardín, a predecir el tiempo, a recolectar y entre otras miles de cosas a brillar en la oscuridad.
Una noche mamá alada había preparado una cena especial en la terraza, era verano y desde la copa del roble se visualizaba perfectamente la torre de los deseos y mientras cenaban...una luz azul se instaló en la torre de los deseos.
La família entera se conmovió, los pequeños sintieron una curiosidad terrible y los padres un gran miedo y dejando la cena recien puesta en la mesa fueron volando a ver que pasaba por allí.
La torre estaba en silencio y ellos se escondieron en cada una de las columnas de la torre, la gran luz azul se movía de un sitio a otro como desconsolada, hacía calor y las chicharras estaba muy calladas, demasiado...
El sonido de una flauta marcó una melodía triste y un grupo de luciérnagas se plantaron en la torre, armadas con una red, atraparon la luz sin ningún impedimento, pero la luz azul se evaporó y traspasó la red, las luciérnagas se marcharon pero la luz permaneció en el centro de la torre.

Mamá se fue volando a avisar a los guardianes del bosque y papá ordenó a los niños que fueran a casa,
pero Lucía ya había entrado en la torre...